12 de junio de 2018

Cuadernos holandeses (III): Ámsterdam y sus canales

Embarcando
Después de haberos contado cosas sobre el centro de Ámsterdam y sobre sus museos e iglesias, creo que no podía dejar de hablar de una de las actividades más típicas que se suelen realizar cuando se visita la ciudad. Se trata del recorrido por sus canales, y es que no en vano Ámsterdam es también conocida con el sobrenombre de "la Venecia del norte" precisamente por eso. Sus casi 100 kilómetros de canales son la mejor prueba de que el sobrenombre se lo ha ganado a pulso, y además nos brindan la oportunidad de conocer la ciudad desde otro punto de vista, si es que nos animamos a navegar por ellos.

Los canales están a cada paso que das en Ámsterdam, así que los vas a recorrer sí o sí a poco que pasees por la ciudad; pero por supuesto también tienes la opción de dar un paseo en barco. Hay unas cuantas empresas que se dedican a organizar estas excursiones, e incluso algunas que te llevan a las islas que componen la ciudad, con lo cual dependerá del tiempo disponible que tengas y de lo lejos que te quieras ir. Nosotros hicimos un paseo de los cortos, que en total habría sumado algo más de una hora, aunque se hizo más largo porque como cuando compras el billete puedes, durante el mismo día, subir y bajar del barco tantas veces como quieras, lo que íbamos haciendo era bajarnos cada vez que veíamos algo que nos llamaba la atención, para volver a coger otro barco en el mismo sitio o incluso en algún otro punto, dando un paseo hasta otra parada fluvial. El día que nos apuntamos a la excursión en barco estábamos cerca de Heineken Experience, y justo enfrente está uno de los muchos embarcaderos que hay repartidos por la ciudad, así que decidimos comprar el billete y empezar el recorrido allí; aunque nos subimos y bajamos del barco tantas veces, que cuando empezamos el paseo fue después de comer y al terminarlo ya estaba anocheciendo.

Desde nuestro barco
Ya contaba, cuando hablé del centro, que los canales más importantes forman un círculo que rodea todo el casco histórico; este círculo se conoce con el nombre de Grachtengordel (cinturón de canales, en español) e incluye cuatro canales, cada uno de ellos más amplio que el anterior a medida que nos vamos alejando del casco histórico de la ciudad: son Singel, Herengracht, Keizersgracht y Prinsengracht. Con cualquiera de estos cruceros en barco podrás recorrerlos, y además elegir la modalidad que te apetezca, o incluso varias de ellas; hay cruceros que incluyen simplemente el recorrido en barco durante todo el día, otros que son nocturnos, el crucero de la hamburguesa o el de la pizza (estos dos incluyen la comida o la cena a bordo), el crucero turístico que te permite subir y bajar del barco tantas veces como quieras... Como veis, aquí también hay donde elegir.

Los barcos que hacen estas rutas son todos muy parecidos, con una zona de cubierta y otra de ventanas panorámicas y techo solar, para que no te pierdas ni un detalle si es que prefieres ir sentado pero igualmente quieres ir viéndolo todo, aunque desde luego es mucho más divertido poder colocarse en la cubierta del barco. Hay sitio para elegir, y además dependiendo del tipo de crucero, en el precio suele estar incluida la audioguía que te va explicando los sitios por los que vas pasando; está disponible en unos cuantos idiomas, generalmente incluyendo también el español.

Llegando al Scheepvaartmuseum
El recorrido puede variar según el tipo de crucero que se elija, pero por lo general es bastante probable que se acabe pasando en algún momento por la estación central y, muy cerca de allí, por el edificio de uno de los museos que no cité en el apartado correspondiente porque me parecía que encajaba mejor aquí; se trata del Scheepvaartmuseum (museo marítimo, en español), que está junto al antiguo puerto, en un edificio histórico que hoy día está totalmente modernizado, con una exposición que hace un recorrido precioso sobre la historia de Holanda y su relación con el mar. En él también hay una biblioteca enorme que conserva libros de temas marítimos, varias exposiciones permanentes de objetos relativos al mar, un restaurante y una tienda de recuerdos; y lo que más suele llamar la atención, la réplica de un barco de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (el barco original se hundió durante una tormenta a mediados del siglo XVIII). Esta réplica no está dentro del edificio del museo sino que se encuentra atracada en el propio puerto, y se puede recorrer su interior e incluso, si se tiene suerte, ver cómo se disparaba un cañón de los antiguos.


Casas flotantes
Hay algo también muy característico de la ciudad, y que veremos cada dos pasos: mucha gente, en lugar de vivir en casas señoriales (de estas hay unas cuantas) o en los edificios clásicos de apartamentos que todos conocemos, lo hace en casas flotantes; y es muy habitual mientras se pasea, tanto a pie como en barco, encontrarse cada dos por tres o bien con barquitos habilitados para vivir en ellos, o bien en auténticas casas, del estilo de las que venden prefabricadas, pero que no se asientan en tierra firme sino que se colocan en plataformas que flotan en los canales y en ellas también vive gente. Otra opción, aunque en este caso no tengo experiencia de primera mano porque nos decidimos por un hotel al modo tradicional, es alojarse precisamente en este tipo de vivienda, que supongo que puede ser algo bastante original.

Como veis, no es de extrañar lo que comentaba en la primera entrada sobre Ámsterdam acerca de que se la conoce como "la Venecia del norte" por sus canales. Y de todas formas, tanto si os animáis a recorrerla paseando como si preferís la perspectiva de verla al mismo tiempo que navegáis por sus canales, seguro que os gusta igualmente.

2 comentarios:

  1. Qué interesante Espe, la verdad es que sin duda el día que visita esta ciudad me animaré a hacer un recorrido por sus canales, sino lo hiciera sería como perderme parte de la esencia de ella. Me ha parecido muy curioso lo de las casas flotantes!! Cómo tiene que ser vivir ahí? Yo estaría muerta de miedo.. viene un temporal y te quedas sin casa! jaja ay! Un besazo.

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    1. Ya verás como te va a encantar la ciudad; bueno, os va a encantar, que me imagino que la visitarás con Juan. ;-) Lo de las casas flotantes es curioso, sí, y más teniendo en cuenta que los holandeses le han robado literalmente espacio al mar. A mí a veces me da por pensar qué pasaría en caso de temporal como tú dices, o simplemente si el mar quisiera volver al sitio que le han quitado...

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