Como en Comillas ha habido sitios a los que no hemos podido entrar y acabamos la visita antes de lo previsto, por la tarde decidimos acercarnos a San Vicente de la Barquera. No lo habíamos apuntado en nuestra guía porque no teníamos pensado ir, así que sacamos nuestro espíritu aventurero, sin saber qué lugares podemos ver allí, y nos plantamos después de comer.
San Vicente de la Barquera siempre ha sido un pueblo marinero, y en la Edad Media destacó porque desde aquí salían las expediciones a Terranova para pescar bacalao. Esta localidad es también un importante paso del Camino de Santiago en la ruta costera.
Como siempre, lo primero que hacemos es buscar un sitio donde aparcar; lo encontramos enseguida, al lado de la estación de autobuses. Además, cerca de allí está la oficina de turismo, pero es aún un poco temprano y la pillamos cerrada, con lo cual decidimos dar una vuelta por nuestra cuenta.
Estamos bastante cerca del
puerto, así que nos damos un agradable paseo por esa zona. Como localidad pesquera que es San Vicente, no puede faltar este lugar; el puerto es más o menos pequeñito (de tamaño me parece bastante similar, quizá algo más grande, al que hemos visto por la mañana en Comillas).
Esta vez no tenemos ocasión, como en otros lugares, de ver regresar a los barcos pesqueros que durante el día salen a faenar. Tampoco visitamos la lonja de pescado para ver en directo la subasta; pero el mal es menor, porque ya hemos tenido ocasión de verlo en algún otro lugar. Para los que son de zona marítima y están acostumbrados a verlo será de lo más normal, pero para los que somos del interior es bastante curioso de ver...
Muy cerca del puerto se encuentra el
castillo del Rey, que es lo siguiente que visitamos. Este castillo es uno de los mejores ejemplos de arquitectura defensiva de Cantabria, y fue construido en 1210, después de que el rey Alfonso VIII le concediera a la villa su fuero. Tras haber sido rehabilitado, el castillo puede visitarse y alberga una exposición permanente sobre la historia de San Vicente de la Barquera.
Merece la pena hacer un hueco para ver la exposición, ya que es muy interesante; además, por los 1'40 euros que te cobran por la entrada, te llevas de regalo unas vistas estupendas de toda la localidad.
Actualmente, el castillo también se utiliza para celebrar diversos eventos culturales.
Una de las cosas que podremos ver en su totalidad desde lo alto del castillo es el famoso
puente de la Maza, todo un ejemplo de ingeniería medieval, que comenzó a construirse en piedra durante el siglo XV sobre una construcción anterior realizada en madera.
Hubo un tiempo en el que este puente llegó a tener nada menos que 32 arcos, y fue considerado uno de los más grandes de toda la zona. El puente actual, como lo podemos ver hoy en día, data de la época del rey Carlos III.
Si dejamos el castillo a nuestras espaldas y continuamos la subida, llegaremos hasta la
iglesia de Santa María de los Ángeles, construida entre los siglos XIII y XVI sobre otra iglesia anterior, y ejemplo típico del gótico montañés. En sus inmediaciones se encuentran los restos del
hospital de la Concepción, que acogía y prestaba asistencia a los peregrinos que realizaban la ruta costera del Camino de Santiago.
Hay algunos otros sitios interesantes que podemos visitar en San Vicente, pero con esto de que hacemos nuestro viaje en invierno, está empezando a atardecer, así que nos toca volver antes de que se haga de noche. Si alguien tiene más tiempo, puede animarse a visitar también el
santuario de la Barquera (donde dicen que se apareció la patrona del municipio),el
palacio de la familia Corro (que se construyó en el siglo XVI para acoger a los enfermos pobres de la villa, y hoy día alberga la sede del ayuntamiento), el
convento de San Luis (un monasterio del siglo XV, donde se alojó Carlos I durante su visita), la
muralla (que rodeaba la parte alta de la localidad y de la que hoy día se sigue conservando la mayor parte) y la
torre del Preboste (un torreón que defiende una de las antiguas puertas de entrada a San Vicente de la Barquera, y que debe su nombre a que era la sede del preboste, el oficial del rey para la recaudación de impuestos durante la Edad Media).
Nosotros ponemos rumbo a nuestro campamento base, ya que al día siguiente nos espera una intensa visita a la ciudad de Santander.