Imagen: IMDb |
Al final no conseguí verla en el cine, pero como mi hermana y yo estamos haciendo el grado en Historia del Arte, se acercaba su cumpleaños y el profesor de arte prehistórico nos había recomendado esta película, decidí buscarla en DVD para regalársela a mi hermana y por fin tuve ocasión de verla, aunque no fuera en pantalla grande.
La historia que se nos narra es la del descubrimiento de la cueva de Altamira, y lo que supuso este hecho para la visión que hasta entonces se tenía tanto de la historia como del origen de la humanidad. Lo poco que yo sabía sobre la cueva era que la había descubierto un señor de Santander (bueno, en realidad fue su hija María) y que sus pinturas eran de las más antiguas del mundo; pero aparte de eso, poco más. Y cuando al estudiar el arte prehistórico profundicé en el tema, me enteré además de la importancia que supuso este hallazgo, porque todas las teorías que existían hasta entonces se fueron al traste con el descubrimiento de Altamira. Claro que los que tenían montado su chiringuito y daban sus teorías por válidas no se lo pusieron nada fácil al protagonista... Y para no recargar esto con datos técnicos, de reparto y demás, lo mejor es dirigiros a IMDb, que ahí lo cuentan todo; sí menciono algo que me llamó la atención, y es que la música ha sido compuesta por el mismísimo Mark Knopfler. En cuanto al reparto tampoco es que la película se caracterice por estar repleta de personajes, y desde luego los protagonistas absolutos son tanto Marcelino Sanz de Sautuola (interpretado por Antonio Banderas) como su mujer, Conchita (Golshifteh Farahani) y su hija, María (Allegra Allen).
Sanz de Sautuola es arqueólogo aficionado y junto a su hija se dedica a explorar la zona en la que viven; será precisamente ella la que, en uno de sus paseos por las galerías, descubre unas pinturas de lo más llamativo. Conchita no ve con demasiados buenos ojos las ideas tan disparatadas de su marido ni por supuesto que involucre a María, y es que ella está muy influida por la iglesia, cuyas teorías no pueden estar más alejadas de las de Marcelino... Y la pobre María, aunque adora a sus padres por igual, a veces se encuentra un poco confusa entre los dos: su madre es muy religiosa y su padre tiene una mente de lo más analítica y científica. También conoceremos a otros personajes como Cartailhac, el arqueólogo francés más reputado del momento que, por supuesto, tratará a Sautuola de poco menos que farsante; o a Vilanova, el paleontólogo y amigo inseparable de Marcelino.
En la época en la que suceden los hechos, a finales del siglo XIX, el origen de la humanidad se basaba, según los católicos, en el libro del Génesis; pero surgieron las teorías evolucionistas de Darwin, que afirmaban que ya existían hombres primitivos anteriores a Adán y Eva. Por supuesto, estas teorías eran rechazadas por la iglesia; será precisamente por esto por lo que el clérigo local llenará la cabeza de Conchita de ideas contra Marcelino, llegando a sugerir incluso que quizá no es buen marido para ella ni buen padre para María. Por su parte, aunque la comunidad científica sí está de acuerdo con las teorías evolucionistas, la mayoría de ellos no puede concebir que los hombres primitivos, que supuestamente eran unos salvajes, pudieran haber creado unas pinturas tan perfectas como los bisontes de Altamira; algunos incluso dieron por hecho que el propio Marcelino había pintado la cueva para llevarse el mérito del descubrimiento. Personalmente me sentí muy ofendida viendo cómo lo trataron, sobre todo teniendo en cuenta que esto sucedió de verdad; y es que en aquella época casi todas las máximas autoridades en arqueología eran franceses y además iban de divas, con lo cual no iban a admitir tan fácilmente que un "simple" español pudiera haber hecho un descubrimiento tan increíble. Y más ofendida me sentí cuando me enteré de que la autenticidad de las cuevas españolas se empezó a reconocer poco después de que en el sur de Francia comenzaran a hallarse cuevas con pinturas parecidas a la de Altamira; si no llega a ser por esto, quizá nuestro Marcelino aún seguiría siendo considerado un farsante por algunos. El propio Cartailhac publicó tiempo después de estos descubrimientos en Francia un artículo titulado La grotte d'Altamira, Espagne. "Mea culpa" d'un sceptique, precisamente para pedir perdón a la comunidad científica y sobre todo a Sanz de Sautuola por haber dudado del arqueólogo español; aunque, como muy bien se refleja en la película, a esas alturas el mal ya estaba hecho...
Además de que es tan fiel a la historia, me gustó también mucho la ambientación, porque el norte de España es una de mis zonas preferidas y aquí nos pasaremos todo el tiempo viendo esos maravillosos paisajes. Y creo que, aunque no se sea aficionado a la historia ni a la arqueología, merece la pena verla, a pesar de la indignación que se sufre en algunos momentos al ponernos en el lugar del pobre Marcelino; eso sí, creo que por no ir al cine me perdí algunas escenas que, en pantalla grande, estoy segura de que son espectaculares. Pero de lo que sí me alegro es de haberla visto más tarde, porque gracias a las clases de arte prehistórico he conocido muchos detalles que de otra forma me habrían pasado totalmente desapercibidos. Así que podríamos decir que le he sacado más "jugo" a la película, al tener ya una visión algo más profunda de la historia.
Y es que el hallazgo de la cueva de Altamira supuso toda una revolución en el mundo de la arqueología y de la historia en general; estamos ante una película totalmente recomendable si queremos conocer más detalles sobre estos sucesos.
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