La entrada |
Su dirección exacta es Amstel 104, y se encuentra muy cerca de la plaza Rembrandt, la plaza Dam y el Mercado de las Flores, que son algunos de los puntos más conocidos de la ciudad. Además, se trata de un edificio histórico que fue totalmente renovado para habilitarlo como hotel. Algo que hay que tener en cuenta es que la entrada se hace por unas escaleras y al menos cuando nosotros fuimos no había rampa ni nada que se le pareciera (en la foto de la izquierda podéis verlo), así que los que tengan problemas de movilidad deben tenerlo en cuenta. El recepcionista que nos atendió, George, del que por cierto nunca podré olvidarme porque fue un encanto, nos habló en un español casi perfecto; el pobre encima pidiendo perdón porque decía que su español era horrible...
Cuando hicimos la reserva por internet, que fue directamente en la web del hotel, al rellenar el formulario nos daba la posibilidad de elegir el tipo de habitación; las hay dobles, dobles con vistas al canal, triples, e incluso apartamentos para hasta cuatro personas. Eso sí, como te toque en otra planta que no sea la principal, ya sabes que te tocará subir (o bajar, que también hay habitaciones en el sótano) a mano, porque además los holandeses creo que son fans de las escaleras, cuanto más empinadas mejor. Nosotros elegimos una habitación doble con vistas al canal, que estaba en la primera planta, y que resultó genial porque además de ser enorme, tenía a la entrada un recibidor con un armario gigante, en un lateral el cuarto de baño en el que teníamos una bañera que ocupaba casi una pared entera, y al otro lado el lavabo con una bandeja en la que nos habían dejado un montón de cositas, desde gorro de ducha hasta cepillos de dientes y pasta incluida.
Habitación con vistas |
También teníamos disponible en la habitación una caja fuerte que no llegamos a utilizar, una plancha y como suele ser habitual conexión wifi. Eso sí, el suelo era de moqueta que es algo que odio con todas mis ganas, pero bueno...
Y menudas vistas... |
Hace unos cuantos años estuve en Ámsterdam ;). Me has hecho recordar el mercado de las flores llenos de tulipanos, la plaza dam, la plaza Rembrandt. Eso si fui en Abril y casi muero del frio que hacía y mira que iba abrigada pero no era suficiente ;-s jaja. El hotel me ha gustado mucho y la verdad que lo de las comidas incluso el desayuno no me importa mucho porque nosotros somos de estar todo el día fuera, solo vamos al hotel a dormir, aunque en Oporto el primer día nos llovío y vimo bien pasar una tarde de relax picando algo. Un besazo y gracias por la recomendación, apuntado por si vuelvo.
ResponderEliminarLa verdad es que es una ciudad muy chula. A mí me habían recomendado llevar un impermeable en la mochila, porque seguramente llovería, y al final ni llegué a sacarlo. Tampoco nos hizo frío, de hecho estuvo todos los días bastante soleado (teniendo en cuenta lo soleado que puede estar el día por aquellas latitudes, claro).
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