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6 de septiembre de 2015

Mujeres masoquistas

© Terra.
Hacía tiempo que no salía con las amigas una noche de sábado y la conclusión de nuestras charlas en la cena es que seguimos siendo un país machista, y que el 90% de los maridos, compañeros, novios (póngase el nombre que se quiera) se desentiende o se escaquea en todo lo posible de los compromisos de pareja y sobre todo de lo respectivo al cuidado intensivo de los niños. Y que quien tiene abuelos disponibles, tiene un tesoro.

En líneas generales, es siempre la mujer la que carga (del verbo cargar, con todo lo que ello conlleva) con el llevar adelante la vida familiar. Y cuidado, no es una crítica a los hombres; bien al contrario, somos las mujeres las que nos ponemos en primera línea de fuego porque nos creemos capaces de todo y más. Hay dos casos bien diferenciados: la mujer que no tiene trabajo remunerado, por lo que sea, pero que generalmente es porque si hay niños alguien en la pareja tiene que asumir la principal responsabilidad de su cuidado; y las que tienen trabajo remunerado y quieren conciliar trabajo y familia.

Pocos hombres se plantean seriamente lo de la "conciliación", y sobre todo va a ser porque a mismo puesto de trabajo y misma cualificación profesional, misteriosamente las féminas ganan menos. ¿Por qué? Tenemos las mujeres un cierto toque masoquista para aceptar ciertas cosas inaceptables y estar siempre preocupadas, por todo. Porque una mujer que no se preocupa es una ¿mala madre?, y si te preocupas, ¿eres una histérica?

Aclaremos las cosas.

Cuando uno tiene estabilidad para formar una familia, la cosa acaba por joderse, sí o sí. O como mal menor se transforma en algo muy distinto a la idea original. Los matrimonios acaban siendo meras empresas con un no siempre equitativo reparto de puestos de responsabilidad y méritos. Y es que son pocas las casas, que han criado a los que ahora somos padres y madres, en las que se haya inculcado a los hijos e hijas la idea de compartir responsabilidades. Y de respeto mutuo.

No, no nos engañemos.

Todos sabemos o podemos conducir, todos podemos estudiar y trabajar, pero a la hora de la verdad no hay cosa más desastrosa para una mujer que formar una familia. El tener hijos corta las alas profesionales de una mujer pero no de un hombre. Porque el hombre (y también la mujer) "asume" que si alguien va a tener el peso de la crianza va a ser la parte femenina de la pareja, de forma voluntaria o porque el hombre gana más y no hay más remedio que tirar por ahí, o porque sí, o porque qué va a pensar la gente.... Seguimos mucho con la bobada esa del qué dirán, sobre todo en los pueblos. Yo nunca he vivido en eso que se denomina "pueblo", pero sí te cuentan cómo funciona la historia. Y desde luego, no hay peor pueblo que la propia familia, esa institución fundamental de la sociedad que consiste en que hasta ese primo lejano de tu madre, que no te conoce más que por foto, se permite el lujo de opinar sobre tu vida personal y se atreve a juzgar vidas ajenas blandiendo la bandera de "la familia".

Pero ese no es el tema.

El tema es que el machismo existe y cada vez más. No el machismo de no dejar estudiar a las chicas o vigilar cómo se visten, sino otro más sibilino y, en mi opinión, mucho peor. Es el machismo emocional, que consiste, sorprendentemente, en que ahora las chicas más jóvenes se "cuelgan " de manera inaudita de los chicos, a los que hay que demostrar que eres perfecta. Es el síndrome Angelina Jolie, pillar al príncipe azul después de vivir la vida a tope y cargarse de hijos sin dejar de ser sexy, deseable y hasta solidaria. Joer, qué estrés y qué pereza. Pero las yogurinas que te encuentras los fines de semana de fiestuki con las pandillas es para echarse a llorar. Las chicas van vestidas, y decir vestidas es ser muy generoso, con unas pintas que dan miedo, Y frío, mucho frío; esos minishorts con tacones de aguja dan, más que nada, mucho frío. Las hay que lo lucen, pero en general, los minishorts con tacones de aguja no favorecen nada a la adolescente típica española.

Pero no es que me parezca mal el cómo vayan vestidas, eso me parece estupendo; por mí como si es moda llevar una fregona atada en el pelo; eso es lo de menos. Lo malo, desde mi punto de vista de mujer, es que exhiben cacho y no siempre con buen gusto, y no porque les guste vestir así sino para "pillar" chicos, para crearse un "historial" previo al definitivo hombre de su vida, que está a punto de llegar y con el que serán felices para siempre jamás.

Yo es que siempre he sido rara, de yogurina salía a pasarlo bien y bailar, nunca a pillar nada y mucho menos a enrollarme en los baños de una discoteca con un absoluto desconocido, por muy bueno que estuviese. Es decir, ahora a las chiquilinas les da por imitar el peor de los supuestos comportamientos masculinos, que es el follar con quien sea sin mirar quién es. Bueno, eso no tendría nada de malo si de verdad esa fuera la única intención, pero no es cierto. Resulta que si no eres una chica "deshinibida total", no ligas, pero si ligas por ser tan guay, los tíos pasan de ti al minuto siguiente. Es todo demasiado complicado, y de ahí viene el que da igual que ahora se tenga toda la información del mundo sobre métodos anticonceptivos: los embarazos juveniles aumentan, y todo lo que ello conlleva.

Naturalmente, no es una conducta absoluta, pero sí es lo que, por lo visto, ahora predomina. Los chicos, ante tanta oferta de chicas con feroz ganas de marcha, se lo toman como un regalo y punto. No nos es ajeno que los cerebros masculinos y femeninos funcionan de distinta manera, y lo que para una chica puede ser el comienzo de una relación, para un chico es solo un fin de semana más. Y eso es así y no hay Ministerio de Igualdad que lo cambie. Luego tenemos la misma historia en años siguientes: las parejas se rompen, y mientras un divorciado con ganas de eso que se llama "rehacer" su vida lo tiene más o menos fácil, la divorciada lo lleva peor, porque el "mercado" se reduce y la competencia es temible. Hay divorciadas de veintipico hasta edad indefinida luchando por llevarse a casa un hombre que ayude a pagar las facturas y que arregle esa lámpara que siempre se funde.

Vamos, lo que yo defino como "machismo emocional", ese "tragar" con lo que sea con tal de no estar sola en la vida... Y cada vez más se da ese triste espectáculo. Ya sabemos que la adolescencia siempre es una etapa complicada, pero ahora mismo lo debe de ser aún más, y encima la adolescencia se prolonga hasta los cincuenta años en muchos casos.

Los chicos, ídem. Hay dos tipos bien diferenciados: el que va con los pantalones por los tobillos y cuidado desaliño, como sucio pero sin ir sucio, que es una cosa que debe de llevar mucho tiempo preparar y no luce nada; y el que va súper alicatado, camisa ajustada con pezoncillos marcados y moreno de lámpara.Yo no sé qué es peor, sinceramente. Pero el caso es que da igual la estética cuando no hay ética. El caso es que los años tontos de la adolescencia acaban pasando y llega el momento de "reloj biológico", otra tontería que se nos ha inculcado. Esa edad no definida en la que ya solo te apetece compartir cama con la una sola persona y que te mimen y mimar. No dura mucho porque... Porque no, porque la vida, la hipoteca, el trabajo, el maldito despertador, se empeñan en molestar el idilio eterno, pero siempre que apetezca mimar y ser mimado, algún rato bueno habrá.

Y avanzando avanzando, el caso es que si el niño se pone malo en el colegio, a quien primero llaman es a mamá sí o sí, sea ama de casa o cirujano cardiovascular. A los padres no se les molesta con cosas de colegio, que es lo que parece que es práctica generalizada. O el señor marido se va de congreso o de lo que sea una semana o tres meses sin ningún remordimiento, porque es su trabajo, y ya su mujer se arregla. Y sí, te arreglas, pero te estresas. Aunque da igual que nadie te lo va a agradecer. Eres mujer y puedes con todo. O algo más tonto que me pasado hace poco y que no quiero dejar de contar, porque es alucinante.

En un curso al que asisto, con mayoría aplastante de mujeres, en una proporción de 20/5 se nombra "delegado" a uno de los escasos chicos asistentes... Eso ya da idea de cómo funciona la cosa. Yo no estaba ese día, pero aluciné no poco con el resultado de la elección. A pesar de los pesares, somos las mujeres las que acabamos aupando a los hombre sobre nuestras cabezas. Y otro detalle, y esto es una pijada pero ya el colmo de los colmos. Esperando a entrar en clase mientras el profesor de turno se retrasaba, la profesora de la clase de al lado, que estaba dando clase con la puerta abierta (ignoro la razón), nos pide a "las chicas" que nos quitemos del ángulo de visión de sus alumnos porque los chicos no se concentran y se distraen. Y no estamos hablando precisamente de un curso de la ESO, que todos somos mayores de edad hace años.

Yo ese día me di cuenta de que este país va de fatal a peor, y fue la primera vez en mi vida que me vi en situación tan ridícula de tener que "escondernos", mis compañeras y yo, para no alterar el normal funcionamiento de un aula, cuando lo lógico sería que la profesora pusiese orden en su clase independientemente de la presencia de gente en el pasillo. Y que ninguna íbamos de minishorts... ¿Y esto va a ser que ahora las mujeres somos todas un cacho de carne disponible que por el mero hecho de existir "provocamos" a los hombres? ... Pero ¿qué demonios está pasando?

Yo no entiendo nada, de verdad. Y eso por poner pequeños ejemplos y no alargarme.

Luego habrá casos y casos, gentes y gentes, y familias y familias, pero es bien triste que el machismo existe y hay que reconocerlo, porque las mujeres lo consentimos y muchas veces lo fomentamos. No de manera consciente, pero cada vez que tengo una cena de amigas oigo las mismas historias: las mujeres siempre correteando de un lado para otro tratando de ser la mejor en todo, la más profesional, la más limpia, la más guapa, la más enterada de todo, la mejor madre... La mejor de las mejores en todo.

Envidio a los hombres, que en sus cenas ni se acuerdan de mencionar las toses de sus niños ni ese remedio infalible para que los cristales de la cocina queden brillantes e impecables, o la última crema facial milagrosa.
Lamento decirlo, pero nunca me he llevado bien con mis congéneres femeninas y con el tiempo no ha mejorado esa impresión. Me aburren profundamente las "conversaciones femeninas". Yo también tuve esa época en la que, sin que nadie me dijera nada, tenía que demostrar al mundo y a mí misma que podía con todo y además de buen humor. Hasta que me di cuenta de que no se puede hacer todo bien, y que además tampoco pasa nada.

Por eso cuando empiezan las conversaciones sobre las "penurias familiares varias" me voy al baño a retocarme el maquillaje, y a la vuelta procuro cambiar de tema a cosas más pueriles como yo qué sé, lo que sea; la crisis mundial, por ejemplo.

8 comentarios:

  1. Qué acertados esos pensamientos de Marujita, en eso también nos parecemos. Yo tengo más amigos hombres, y es que a mí esas conversaciones femeninas también me aburren sobremanera. Cuando una conversación gira sobre esos temas, a veces, hasta me despiedo o me voy a la francesa. Y sí, estoy totalmente convencida de que el machismo es muchas veces culpa de nosotras mismas (me meteré yo también).

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  2. jajajajajajajaja...OÍGAME USTED, que en mi casa eso no pasa y no somos parientes de ET, jajajajajajajaja... bueno, en la foto reconozco que, de vez en cuando fumo pipa (pero en la terraza, conste), que tenemos una niñita de aproximadamente la edad de la niña de la foto y vale...PORQUE YO TAMBIÉN BARRO, FRIEGO Y ESAS COSAS, jajajajajajaja...

    Corolario: no, Simone de Beauvoir se había zampado unos cuantos cubatas cuando escribió aquella sandez del "segundo sexo". Y hay ahora en españa algunas elementas, como la Beatriz Gimeno que, al decir de mi propia esposa, dan grima y bastante vergüenza ajena. Y la suscribo por completo, sobre todo cuando leí una cosa titulada "discurso antimaternal". En realidad, todo es mucho más sencillo y bastante más normal que todo eso. Y por cierto, hasta que no ascendí, hace ya unos años, en el escalafón docente universitario, mi señora esposa, profe de griego en un IES, ganaba más que yo.

    Un besazo!!!

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    1. Así me gusta, tabernero; es usted un adelantado a su tiempo, jajajaja.

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  3. Que risa, me ha encantado lo del síndrome de Angelina Jolie jaja, que estrés y que pereza jaja, mientras lo leía estaba pensando exactamente esa misma frase que bueno, no? jajaja. Comparto muchas de las cosas que dices, la verdad que aunque se ha avanzado mucho queda tantísimo por hacer pero en gran parte es la educación que recibimos de bien pequeños es difícil cambiar a alguien cuando lo que ha vivido en su casa es hacer bien poco o ser poco autosuficiente independimiente del sexo. Un buen rato me has hecho pasar y también muy gracioso el comentario que me dejaste en el blog tienes un sentido del humor muy irónico jeje. Un besazo.

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    1. Sí, me temo que todavía nos queda mucho por hacer, y yo a veces tengo la sensación de que en realidad no hemos avanzado prácticamente nada. Pero bueno, habrá que tener fe... Me alegro de ese buen rato, jajajajaja.

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    2. Al menos hemos tomado consciencia que ya es mucho ahora queda ponerla en práctica. Un besazo.

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